UN NUEVO FUNCIONAMIENTO
- Renzo Cuello
- 12 feb 2017
- 2 Min. de lectura

El 2016 fue un año que trajo nuevos éxitos para River Plate, ya que el Millonario agregó dos nuevos títulos a sus extensas vitrinas: la Recopa Sudamericana y la Copa Argentina (competencia que ganó por primera vez en su historia y que le otorgó al club la posibilidad de disputar la Copa Libertadores de América 2017).
A pesar de esto, River sufrió mucho futbolísticamente a lo largo del año pasado. El director técnico, Marcelo Gallardo, implementó un esquema ciertamente novedoso: el 4-2-2-2, con dos volantes centrales y dos ofensivos, un poco más adelantados en el campo. Con la posesión de la pelota, River atacaba mucho y generaba ocasiones de peligro, pero cuando perdía el balón, se notaba la falta de equilibrio a causa del módulo, ya que los mediocampistas ofensivos y Nacho Fernández no tenían oficio para defender, dejando esa labor exclusivamente a Leonardo Ponzio, que en muchos casos se veía superado en el retroceso.
Ahora, con la partida de Andrés D´Alessandro, con Gonzalo Martínez y Tomás Andrade en bajo nivel y con Matías Moya dando sus primeros pasos en el club, Gallardo deberá encontrar un nuevo esquema y por lo tanto un nuevo funcionamiento para el equipo. En la pretemporada, el “Muñeco” alternó dos esquemas: el 3-4-1-2 y el 4-4-2. Ninguno de los dos módulos resultó del todo, pero se vio un River que ya no sufría tanto sin la posesión del balón, como lo hacía con el 4-2-2-2.
Con la vuelta de Ariel Rojas y los rumores de la llegada de Enzo Pérez, comienzan a aparecer nuevos interrogantes sobre qué dibujo táctico le imprimirá Marcelo Gallardo al equipo. Al no tener un enganche clásico en buen nivel, la opción más viable sería el 4-4-2. ¿Probará con Leonardo Ponzio y Ariel Rojas en el medio y con Pérez a la derecha e Ignacio Fernández a la izquierda? Y si no llega Enzo, ¿va a mantener a Ponzio y Fernández en el centro del campo, con Mayada y Rojas abiertos a los costados?
Varias posibilidades se asoman en el horizonte, pero lo seguro es que River necesita una nueva cara y debe encontrar un buen funcionamiento de la mano de Gallardo, como alguna vez lo hizo en los comienzos del ciclo del “Muñeco” al mando del equipo.













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